¿Qué conseguirás si le enseñas a comer desde los inicios?

 

  • Evitar problemas neurológicos irreversibles asociado a la ingesta de alimentos contaminados con metales pesados como el mercurio gracias a una revisión del tipo de preferencias alimentarias y alimentos que se compran, comen y como se cocinan. Y a consejos específicos de cómo escoger los alimentos de tu zona más adecuados para tu hijo.
  • Asegurar un correcto crecimiento, ganancia de peso y desarrollo neuromotor en niños sanos. Y si tu hijo padece alguna enfermedad o síntomas concretos, entonces podrás solucionar o reducirlos con una pauta nutricional preescolar adaptada a sus necesidades personales.
  • Influenciar en la conducta, hábitos y preferencias alimentarias de tu hijo si consigues una correcta educación alimentaria tanto en la escuela como en casa puedes conseguir que coma bien y se mantenga activo para prevenir enfermedades futuras.
  • Evitar o reducir diarreas crónicas inespecíficas asociada al consumo de ciertos alimentos y el consumo tanto en frecuencia semanal como en cantidad en relación a la edad.
  • Evitar o reducir las caries de la primera infancia, ya que es posible que salgan caries en los dientes de leche. Ya que cierto alimentos, cantidades y usos de algunas vajillas las potencian.
  • Evitar enfermedades gastrointestinales asociadas al consumo de alimentos o manipulación incorrecta en la cocina ya que todo alimento sea eco o no eco puede estar contaminado por bacterias, virus y hongos a parte de insectos u otros contaminantes físicos y químicos. 
  • Evitar gastar el dinero en innecesarios suplementos multivitamínicos que tu hijo no necesita si lleva una correcta alimentación y digestión. Ya que solamente se recomiendan cuando hay algún síntoma o enfermedad concreta o no se consigue comer una dieta equilibrada, variada y suficiente o se tiene una mala absorción y digestión de los alimentos. En estos casos, solo debes dar los recomendados por un profesional sanitario pediátrico como pediatras, nutricionistas, farmacéuticos y que tengan una evidencia científica que avale unos resultados.
  • Evitar hacer un exceso de ingesta de minerales y vitaminas por consumir alimentos fortificados o enriquecidos en estos micronutrientes sin la necesidad de tomarlos. Ya que un exceso de alguno de ellos ( sobretodo los que se almacenan) conlleva a intoxicaciones con sus efectos secundarios conecuentes.
  • Evitar o solucionar anemias ya que el hierro es uno de los minerales más conflictivos en estas edades. Si tu hijo se ha alimentado equilibrado/variado/suficiente durante sus primeros años no tienes que sufrir pero si no es así puedes ayudarlo a que no esté tan cansado, tenga un mejor color de cara o no se sienta tan triste y con bajas defensas.
  • Conocer las habilidades psicomotoras grandes y finas y sus habilidades orales para saber si le tienes que modificar las texturas de las preparación de las comidas o no. Pe.: si un niño come rápido no si mastica bien, si le cuesta tragar, si no le gustan masticará bien por lo que es más probable que tenga dolores de tripas asociados a fermentaciones de los alimentos.
  • Resolver dudas sobre mitos alimentarios que corren entre la población y que hacen que tu alimentación no sea lo equilibrada que debería ser.
  • Saber cuantas veces tu hijo puede comer al día, las cantidades y el tipo de alimentos. Ya que a estas edades aún el estómago es pequeño y tienen unas necesidades concretas para conseguir las altas necesidades energéticas que necesitan. También saber de qué tipo de alimentos pueden repetir y de cual no. 

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